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Cuando el amor se disfraza de límite

  • Foto del escritor: psijuanatesta
    psijuanatesta
  • 19 ago 2023
  • 6 Min. de lectura

Actualizado: 5 feb


Si le quitamos la capa y vemos qué hay debajo de los límites, no encontraremos más que amor, así de cursi, así de real. Este concepto que tiene fama de egoísta es pilar del amor propio y las relaciones sanas. Hoy vamos a entender cómo y por qué.



El límite se encuentra en el espacio que existe entre nosotros y los demás, línea que no debe ser traspasada por nadie, ni por nosotros mismos. Es un límite invisible, por eso requiere de nuestra verbalización como tinte para hacerlo realidad.



No está dentro de nuestra cultura ponerlos, nos han enseñado a acatar aunque estemos en desacuerdo, eso hizo que pasemos de grado por ejemplo, que mantengamos un trabajo y que seamos buenas personas a los ojos de casi todo el mundo pero debo informarte que el "no" es fundamental y cuando se utiliza de manera consciente, no se vuelve más a lugares incómodos o de olvido del propio ser para encajar o que me quieran.



Cambia la ecuación, me quieren por quién soy, no por cómo me sacrifico en pos de la comodidad y felicidad del resto.

Alerta spoiler!

Todos somos finitos e imperfectos.

No necesitas ser todopoderoso y sin faltas para que te amen.


¿Por qué te pondrías en un escalón más bajo que al resto en tu escala de valores?


Vamos con los beneficios de poner límites para que te animes a dar el paso de practicarlo:


Aumenta el autoestima porque empezas a hablar de vos, de lo que te hace bien, lo que necesitas, de tus deseos, pensamientos. Así es como comienza el proceso de conocerte, de reafirmarte. Somos más honestos, más auténticos y reales cuando sabemos qué sucede en nuestro mundo interno. Vivimos en un mundo de modas que va muy rápido, apariencias y miedos al rechazo por no encajar, por no ser como quieren que seamos, cóctel difícil de manejar que más bien nos pasa por arriba si no estamos atentos.

Empezar a respetarnos crea las condiciones necesarias para hacernos respetar. El límite protege lo que somos en dos direcciones, una es de lo que podemos ser sin límites y la otra nos protege de los demás si nos invaden o se animan a un poco más con chantajes emocionales y manipulaciones.

Da autonomía, te haces responsable de lo que querés y de lo que hoy es un no para vos.

Te libera del otro.


Primero debemos pensar cuál es el límite que queremos establecer, una vez que lo tenemos, apelaremos a lo que se llama comunicación asertiva, a expresarlo con amabilidad y respeto, siendo claros y concisos sobre el mensaje, independientemente de cómo se lo tomen los demás.

Te permite perder el miedo de mostrarte como sos. Los límites nos hacen diferente al resto y nos ayudan a sentirnos bien por ser quienes somos (cuando nacen de nuestros valores y no desde el ego o el miedo). Definimos nuestra forma de ser, le damos forma a nuestro yo, nos da identidad. Esto también ayuda al otro que se siente diferente a mi y por lo tanto se tiene que hacer cargo de sí mismo con deseos propios.


Facilita las relaciones interpersonales, las hace más reales, menos caóticas. Attenti a este párrafo porque nos vamos más profundo, voy a introducir un concepto que los psicólogos entendemos pero no es tan común como otros.


La mente esta estructurada, tiene una forma de funcionar particular para cada uno de nosotros, es ese funcionamiento al que apunto escuchar cuando el paciente habla. Esa estructura, formada por lenguaje, nos ordena de manera inconsciente dijo un crack de la psicología hace un tiempo ya. Es como si fuese un edificio que según su estructura va a soportar un sismo o no, por ahí necesita que reforcemos algunas áreas para que lo atraviese sin derrumbarse. La mente es igual, el sismo puede ser un evento traumático y el derrumbe una depresión.


Una vez entendido esto, te digo: el exceso de amabilidad y la violencia desestructuran. Si doy en exceso no dejo que el otro sea, porque no se lo permito, se lo doy sin darle la oportunidad a que acceda a eso por si mismo, debilito su estructura. Si soy violento lo aturdo, es difícil conservarse entero ante la violencia, lo puedo romper, lastimar.


Los límites son los que nos edifican.

Regular de manera adecuada la agresividad para poner límites es crucial para la formación de un psiquismo sano, ni exceso de amabilidad ni exceso de agresividad. El punto medio independiza mentes, les da el lugar fértil para desarrollarse.



Otra cuestión es aprender a identificar cuándo, cómo y a quién comunicarle los límites. Elegir el momento adecuado ayuda a la recepción del mensaje. Elegir las palabras justas ayuda a que el mensaje llegue limpio y sea mas fácil de entender. Identificar a la persona a la que debo comunicarle el límite: si es a mi madre que debo ponerle el límite, no es a mi pareja. Si es a mi jefe, no es a mi padre. Si es un límite que no pude poner por ejemplo, en mi adolescencia, y hoy lo que hace alguien en mi adultez me lo recuerda, saber diferenciarlo es importantísimo para no profundizar malestares, ni malentendidos.



Es un círculo que se retroalimenta.

Me tomo el tiempo de saber cuáles son mis deseos y necesidades, gracias a entenderme puedo respetarme y así me protejo, me cuido (acto de amor propio), me quiero más porque me conozco y la paso mejor conmigo mismo ya que me doy lo que necesito y deseo. Así mi existencia es vivida con más felicidad. Me disfruto más porque estoy conectado con mis valores, sé qué me hace bien y me lo permito.

Parece una rueda que no tiene mucho lugar para transgresiones, no?

Incluso va a ser más fácil identificar cuando el límite puede llegar a ser cruzado, hasta dónde voy a tener herramientas para manejarme suelto y cuándo va comenzar a transformarse en una tensión que no quiera sentir. Entonces va a aparecer otro recurso valioso, el de la predicción, tan importante para sobrevivir, ahora también para sentirme bien.



Bueno, si, todo lindo pero a veces es difícil, y si mejor cedo y evito conflictos?


Creer que los límites generan conflictos, puede hacernos ceder para evitarlos. Si nuestro límite cede, nuestro yo experimenta modificaciones, podemos explotar si acumulamos mucha inflación o hacernos chiquitos si cedemos mucha energía. Me deja más cerca de la violencia y puede que distorsione la imagen de nosotros mismos hasta no reconocernos, después cuando pasa la tormenta suele aparecer la pregunta ¿por qué soporte eso?



Otro punto clave es cuestionarnos si nos cuesta recibir límites de los demás. Si es así, puede ser un motivo para evitar hacerlo. Que nos comuniquen límites no significa que nos quieran fuera de sus vidas, significa que nos quieren en sus vidas, pero de una manera diferente a la que pensábamos.


Si identificamos al no como algo malo y violento, lo más probable es que para no ser violento, no lo diga o lo diga cuando ya no pueda más y use la violencia para expresarlo. Léelo devuelta más despacio.


Tolerar el no del otro es un acto de amor, es respetarlo y cuidarlo. No significa que no nos ama. No respetarlo sería no reconocerlo en sus diferencias conmigo, no me gusta, te rechazo no dándote lugar a ser quien sos, no escucho tus deseos ni tus necesidades.


Ni someter a los demás a nuestros deseos ni someternos al de los demás. El punto medio pueden ser los acuerdos, la buena conversación, reflexionar sobre mis creencias a ver si alguna me está limitando o hacer reflexionar al que tengo en frente. Ir a terapia, (lo tenía que decir) ayuda mucho, se genera un ambiente de diálogo en confianza para pensar y entendernos mejor.


Poner límites es un arte que requiere de nuestra valentía y paciencia. Si marco un límite porque es sano para mi, tengo que saber que el otro va a tomar decisiones con eso y es eso lo que no está bajo tu control. No tengas miedo de liberarte del control de las cosas, es una ilusión que nos genera ansiedad y otras yerbas.

Algunos consejos para facilitarnos la tarea:

En el aprender a decir que no, vamos a lidiar con un montón de nuestras dificultades y con la de los demás. Una buena manera es informarle al otro un límite es poniéndolo en contexto. Decirle que estás en proceso de aprender a poner límites y que no lo tome de manera personal ya que lo estás haciendo desde el amor y el autocuidado. Es esperable que te cueste al principio, pero a medida que vayas practicando nuevos patrones de respuestas, poco a poco resultará más sencillo ponerlos en marcha cuando se presente la situación.

No hace falta levantar la voz o gritar, el límite requiere de las palabras y el tono adecuados para que el otro reciba de la mejor manera el mensaje.


Otra manera es salir de la situación cuando el recurso palabra no sirvió.

Aparecerá la culpa si no estamos acostumbrados a poner límites, aprender a soportarla atravesándola es una incomodidad mucho más fructífera que soportar ceder ante lo que no querías.

Si conoces a alguien que suela decir que no de manera asertiva, podes tomarlo como ejemplo e inspirarte. Yo tuve la suerte de tener personas así cerca, es fascinante verlos actuar. Hay personas hablando de esto en charlas TED, podcast en Spotify, literatura, artículos, entrevistas a expertos, cuanta más info, más se entienden, más recursos para practicarlos.


...


Espero que esta introducción a los límites haya sido disparador de reflexiones, lejos esta la idea de que empieces a decirle que no a todo lo que se cruce porque eso no seria hacerlo desde los valores. La idea es que te hagan bien.


Gracias por leer..


Lic. Juana Testa


4 opmerkingen


Jennifer G
Jennifer G
21 aug 2023

Explicado súper claro. No ceder para conformar al otro y dejar de ser yo. No decir sí para evitar conflictos. Ideas que resuenan en mi.

Por sobre todas las cosas, tener presente que los límites son amor: Cuidar y cuidarnos.

Gracias ❤️

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Eloisa Defferrari
Eloisa Defferrari
20 aug 2023

Genial Juan.. Te quiero

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matias federico
matias federico
20 aug 2023

Que gran hereamienta! Gracias por compartirla de mmanera tan clara y detallada. Sin duda ayudara a muchos

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baru.difabio
20 aug 2023

Gracias Juani por explicar con tanto amor y brindar herramientas sobre este tema del que algunas tenemos todavía mucho por aprender!

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